Ya va siendo hora de hablar un
poco de política.
Quiero centrarme hoy en uno de
los argumentos más manidos por parte de los representantes de aquellos partidos
que quieren cambiar el panorama político en el conjunto de España. Sí, en
efecto. Hablo de Podemos, Ciudadanos, plataformas tipo Ganemos, etc. Me
refiero a la defensa de todos estos proyectos como candidaturas democráticas. “Queremos una regeneración
democrática”; “los partidos viejos no son democráticos”; “me gusta la democracia,
dame más democracia”.
Y yo me pregunto, sentado en mi
sofá, tomando un refrigerio. ¿Lo que espero de mis gobernantes es que sean democráticos? ¿El objetivo de un buen
político es, fundamentalmente, en todas y cada una de sus acciones, representar
adecuadamente la voluntad del pueblo que lo elige? Rotunda y categóricamente NO. La democracia no es el fin sino el
medio. ¡Acabáramos! ¿Os imagináis un programa político cuyo contenido fuese “haremos
lo que diga el pueblo”? ¿Es posible ser más cínico? No quiero meter a Gödel en
esto, pero no me seducen los programas autorreferenciales. Un programa, un
partido político, debe defender ideas, propuestas y planes de acción, en los
que la opinión del pueblo no debe contar
en absoluto. Por eso luego hay votaciones, para que el pueblo decida si
esos contenidos programáticos le parecen bien o mal. Yo, como ciudadano, no quiero tener que pensar, debatir y
configurar una serie de propuestas de gobierno. Quiero que los partidos
políticos lo hagan por mí; yo ya elegiré la alternativa que más me guste. ¿¡Qué
demonios es eso de que todos debemos participar en política!? ¿¡Hemos retrocedido
dos milenios y medio de repente!?
La democracia es el menos malo de
los sistemas de gobierno que hoy en día se pueden permitir las sociedades más
avanzadas. Pero es un mal sistema de
gobierno, se mire por donde se mire. ¿Cuando entramos en un quirófano preferimos
que todo el mundo decida acerca del uso del bisturí o es más conveniente que
sólo el cirujano tenga voz y voto? ¿En un avión deben controlar los mandos
todos y cada uno de los pasajeros o nos parece más acertado que sólo el piloto
los maneje? No nos parece mal que los mejores profesionales (y sólo ellos) sean
los encargados de ocupar ciertos puestos en la sociedad. En política es
imposible llevar eso a la práctica porque, en cualquier caso, las
tiranías y las dictaduras coartan uno de los derechos humanos fundamentales, la
libertad. Por eso, a pesar de lo inoperante de la democracia como sistema de
gobierno, no nos queda más remedio que recurrir a ella porque el resto de sistemas
son peores. De ahí a ensalzarla como un
objetivo en sí mismo media un abismo.
Por favor. Si eres político y me
estás leyendo. NO quiero que luches
por la democracia. No quiero que la regeneres ni que la defiendas a capa y espada.
No quiero que aparezcas en los medios para repetir una y otra vez que la
democracia está secuestrada o que lo que necesita este país es más democracia.
No quiero que digas que la primera medida que tomarás cuando llegues al
gobierno es sentarte a hablar con el pueblo, para saber qué es lo que el pueblo
quiere. ¡Demonios! ¡Eso hazlo antes! Quiero que plantees propuestas. Quiero que
gobiernes según tu propia opinión (que con anterioridad habrás plasmado en tu
programa político). Quiero que hagas de ésta una sociedad mejor. ¡Pero no me
preguntes a mí cómo hacerlo! ¡¡El político eres tú, por el amor de Dios!! A mí,
por favor, déjame vivir feliz y en paz. ¡Viva la democracia! (sic)
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